Consciente y subconsciente



Nunca descubriremos lo que es la paz interior (no aquella paz que se cree cuando las cosas se suceden como deseamos) sino la verdadera paz, aquel sentimiento de absoluta plenitud interior sin dependencias externas, sin necesidades emotivas, porque esta paz llena todo posible vacío el cual nos esforzamos por llenar en nuestra existencia; nunca la descubriremos a menos que dejemos de contradecirnos con nosotros mismos, porque una parte de nosotros desea una cosa mientras la otra parte desea lo contrario.


Se dice a nivel científico que las personas usamos aproximadamente solo el 10 por ciento de nuestra mente. Sabido es que mientras evolucionamos desarrollamos mayor inteligencia y mayor consciencia, pero gran parte de la mente que creemos no usar es la mente subconsciente.

   Cuando conducimos un automóvil no es nuestra mente consciente la que maneja y eso lo sabemos todos, es nuestra mente subconsciente (aquella que posee el recuerdo) la que maneja el automóvil (cambia las marchas, aprieta el freno, el embrague, el acelerador) automáticamente, apenas sin pensar; mientras, la mente consciente puede entablar una conversación con un acompañante. Podemos pasar años sin conducir, pero no lo olvidamos, el recuerdo, el conocimiento se halla en la memoria subconsciente, la mente subconsciente maneja. Otro ejemplo lo pueden apreciar las personas que han aprendido una técnica a base de repeticiones, ya sea un oficio, es muy claro el ejemplo de la mecanografía. No importa que se sucedan los años, la técnica aprendida se halla guardada y a punto para expresarse desde la mente subconsciente.
¿Acaso no usamos también inconscientemente el sentido del equilibrio para mantenernos erguidos además de andar?. Aunque en un principio debimos aprender a hacerlo, inconscientemente es la mente subconsciente la que hace el trabajo para mantener el equilibrio. La mente subconsciente es por tanto una basta parte de nuestra mente. Además de guardarse en ella todo lo que hemos aprendido, nuestros recuerdos agradables, desagradables, hay algo más en ella, algo muy importante para nuestra existencia. La mente subconsciente sabe qué necesita para experimentarse en armonía y es ella la que nos susurra lo que deberíamos hacer para experimentar nuestra paz interior. Es desde nuestra mente subconsciente donde se expresan nuestros verdaderos sentimientos, sentimientos que desde nuestra mente consciente normalmente contradecimos. Es esta contradicción la que produce inquietud interior, tensión, y son muchos, gran cantidad de estos matices de contradicción los que producen confusión, falta de certeza en nuestra consciencia, los que crean nuestra infelicidad y cooperan por irresponsabilidad en nuestros actos a la destrucción de este bello planeta que ha necesitado millones de años para conseguir esta diversidad de vida y belleza. Es otra contradicción que no poseamos la decisión de cambiar profundamente nuestras vidas (las cuales afectan terriblemente a este planeta) cuando somos conscientes de que la vida en él puede ser fruto de casualidades como dice la ciencia oficial.

Nuestra mente subconsciente es la voz de nuestro corazón, de nuestros sentimientos. Ella nos dice “Siento simpatía por los animales, incluso siento que los amo, me es difícil tener que terminar con su vida, no siento el impulso de comer la carne cruda”. Nuestra mente consciente dice, me gusta comer la carne asada, preparada, quiero creer que la necesito para vivir, no quiero dejar este placer. La mente consciente quiere ignorar el sufrimiento de millones de animales que son malcriados para alimentarnos; la mente subconsciente lo sabe. Poseemos una contradicción, no hay una alineación entre las dos, por tanto no hay armonía. Interiormente uno desea un planeta sano, armónico, pero si conscientemente no se ejecutan los mínimos actos para llevarlo a cabo se crea una contradicción. La contradicción crea una especie de incerteza, una especie de confusión al ignorar una responsabilidad que interiormente sabemos. Así podemos experimentar multitud de contradicciones y todas, una a una, suman, van aumentando la carga de pequeñas incertezas que aumentan el nivel de confusión en la consciencia y por consiguiente de infelicidad. Es trabajo de uno mismo descubrir todas estas contradicciones, es uno quien decide ser honesto consigo mismo, quien debe decidir no engañarse. Solo enfrentándonos, solo adentrándonos en los recónditos rincones de nuestro interior es donde descubriremos y tendremos la claridad para enfrentar y trascender todo aquello que nos impide estar en paz con nosotros mismos.
Ese es para mí el verdadero significado de las palabras "Ganarás el pan con el sudor de tu frente". Ganarás aquello que verdaderamente te hace pleno, ganarás la felicidad con tu esfuerzo, enfrentándote a todo aquello que has estado evitando. Porque hemos aprendido a evitar responsabilidades, a hacer a otros responsables de ellas, pero ellos no son mejores que nosotros, solo mantienen lugares privilegiados.

Si el subconsciente se halla muy condicionado, si hay una carga de costumbres, ambiciones, normas de conducta, apegos, miedos, rencores, etc., esta carga es la que impide que haya conexión entre la mente consciente y la subconsciente, de ahí que es necesaria una trascendéncia de esos aspectos en nuestra consciencia cuando se quiere descubrir la armonía interior y la paz.


Quisiera que recordaran que cuando hablo de paz no me refiero a un sentimiento de tranquilidad, la paz interior es una sensación que llena de forma muy plena nuestro interior y eso se sucede después de una profunda transformación en nuestra forma de ser, una transformación que da nacimiento a una nueva forma de sentir, una nueva forma de usar nuestra mente desde la base de la calma de los pensamientos y desde una nueva voluntar que afronta la vida de una forma diferente, profunda. La mente se halla tan lúcida que el cerebro puede dar las ordenes para que se liberen grandes cantidades de endorfinas y neurotransmisores, los cuales producen una profunda sensación bienestar y la felicidad, una amplia y extraordinaria sensación que muchos equivocada e inconscientemente buscan con las drogas, drogas que destruyen la capacidad natural del cuerpo para liberar estas hormonas al mismo tiempo que degradan el funcionamiento cerebral, emocional y psicológico, transformándonos en personas depresivas, hurañas o agresivas.



"Quien conquista a los demás es fuerte, pero quien se conquista a sí mismo es poderoso."   LAO TSE

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