Si alguien me pregunta: ¿Tus sentimientos hacia mi, siguen igual o han variado en algo?, yo le responderé:
Mi Amor no se alimenta de nadie, no depende de nadie, es como una fuente, fluye. Este Amor no crece o mengua dependiendo de como alguien se comporta, este Amor no es una emoción que viene y va, que surge y se esconde dependiendo de lo que alguien hace, este Amor no tiene objeto, por eso no depende de ese objeto, este Amor existe a cada segundo, es un sentimiento inmortal que fluye desde tu corazón y se conecta con tu cabeza, este sentimiento lo sientes irradiar en tu cerebro, en tu consciencia y en cada célula de tu cuerpo. Es como sentirse sumergido en un océano de agua caliente, en ella te relajas y fluyes, a cada segundo. Cuando esta irradiación no está madura es muy probable que las dificultades de la vida te hagan enfadar o perder la paciencia, pero cuando la dificultad desaparece en el acto te envuelve la paz y olvidas todo. Cuando esta irradiación se hace madura, es difícil perder esta paz. Las dificultades son tu entrenamiento para su temple.Cuando alguien cree que necesita el Amor de otro, se está engañando, es una persona dependiente de su egoísmo por muy buenas intenciones que posea, y esa dependencia acabará pasando factura mediante reproches y juicios que llevarán a la separación y a la búsqueda de otro Amor "dependiente", es una rueda sin fin, hasta que no se libere uno del egoísmo y todas las máscaras y miedos implícitos en él.
El Amor no es dependiente cuando "se posee". Este Amor sintoniza en la autorresponsabilidad de los actos y las consecuencias. Cuando uno se hace responsable de todo lo que sucede en su vida, sin culpar a nadie, sin culpar las situaciones, siendo humilde ante lo que la vida nos enfrenta, este Amor puede aparecer y flotar. Los juicios, lo asustan.
El Amor no se lo puede dar nadie, si no se posee debe recuperarse. Los niños no lo reciben de nadie, lo poseen, sólo que necesitan de la comprensión de sus padres para que este Amor madure, se haga fuerte. El condicionamiento hacia el egoísmo lo destruye. Entonces uno se siente vacío y usa su vida para llenar de alguna forma este vacío sin fondo. Buscamos lo que hemos perdido, sólo que buscamos en el exterior cuando éste se halla en el interior, lo poseemos, pero no sabemos expresarlo. Debemos volvernos niños, pero le pido que no haga usted juicios sobre ello, es probable que no lo comprenda.
Cuando un niño nace lo hace totalmente libre de condicionamientos. En su rostro puede percibir la irradiación de una felicidad y un amor, le basta un gesto simpático de su madre para que la sonrisa aflore con una irradiación de alegría. Esta felicidad surgida de su Amor se aprecia en los primeros años, antes de condicionarle con nuestras normas. Normas sobre como debes educarte, como debes comportarte, qué debes decir, qué no debes decir, qué debes aceptar, qué no debes aceptar, qué debes tomar y qué debes rechazar, sé bueno y no seas malo, etc., etc., y todo esto es lo que crea el miedo en la conciencia, el miedo por no hacer lo correcto y el sentido de culpabilidad por ello. Todo esto es lo que destruye el Amor, el Amor que después buscamos mediante el egoísmo, nuestro vacío necesita llenarse. Todos estos condicionamientos lo matan.
El Amor surge desde una total libertad en la forma de ser y de expresarse, libre del egoismo que crea la dualidad, la búsqueda del placer que nos han incitado mediante lo bueno y lo malo, lo positivo y lo negativo, haz esto que es bueno y positivo y no hagas lo otro que es malo o negativo, se bueno y no seas malo, así nos apegamos a lo agradable, lo placentero y lo displacentero lo rechazamos, nuestra conciencia se confunde y vivimos intentando llenar este aspecto de placer, evitamos la dificultad que nos hace madurar y re-unificarnos.
Así uno debe desaprender lo que ha aprendido, lo que le ha condicionado, confundido, todas esas normas sobre como hacer las cosas, sobre como hablar, sobre qué tomar o rechazar, etc.
Pero, ¿como va uno a romper todo esto?. Si no hay deseo de querer hacerlo no se puede, porque esto "se desea". Es un deseo que surge desde el interior, desde lo más profundo de nuestro ser. No puede hacerse por curiosidad o porque alguien te lo recomienda, o por simpatía por alguien.
"El que no se haga niño, no entrará en el reino de los cielos." Jesús. (La realidad última, sublime, el paraíso experimentado, el Amor en la conciencia.)
Cuando uno posee el Amor, AMA, y Ama a todos por igual, porque este Amor surge, se desborda, irradia. Usas tu Amor para que los que no lo poseen lo sientan, pero NO para hacerlos dependientes de él, sino para que ellos lo descubran y reconozcan en sí mismos y puedan desarrollarlo, para que como uno mismo, lleguen a ser independientes EN ÉL y LIBRES.
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