Romper las normas (Para almas muy atrevidas)




Cuando una gran mayoría de personas han adoptado una forma de comportarse, han hecho de ello algo normal, "una norma", aunque no sea algo natural o beneficioso. Cuando alguien no desea seguir estas normas las está rompiendo en cierta medida.


¿Que le sucede a uno cuando llega al mundo?
Uno se encuentra en el centro de una sociedad dirigida mediante toda clases de normas, costumbres. No importa que sea una sociedad rica o pobre, cada una posee sus normas, sus costumbres y sus conflictos por ellas. Uno nace dentro de una sociedad en la que la mayoría de individuos han pasado su vida adaptándose a esos esquemas, acondicionándose inconscientemente a ellos. Entonces uno vive sus primeros años conectándose, enchufándose, adaptándose a ellas, la mayoría viven toda su vida y mueren adaptados a ellas, adaptados a su círculo vicioso.

Cada día estamos siendo bombardeados por una cultura basura, una cultura consumista interesada, basura que están abocando sobre nuestra cabeza de una forma despiadada y que los políticos consienten porque nosotros no exigimos que pare, sino todo lo contrario. Asi se convierte en un círculo vicioso. Todo este peso acaba vulgarizando a las masas, se hace de todo ello algo común. La mentira es consentida. Toda esta mentira acaba filtrando en nuestra sociedad, así se hace de ella también algo común, algo normal (de norma).

Cuando uno se vuelve consecuente con este hecho y se esfuerza por romper estas normas se va a ver irremediablemente enfrentado a todas las personas "adoctrinadas" confusas de esta sociedad,  enfrentado a sus prejuicios y todos los miedos que consecuentemente se han creado. (Lo irónico es que se toma por adoctrinado a alguien que ha roto sus esquemas sociales). Este enfrentamiento es inevitable, porqué usted va a actuar, va a comportarse de formas que ellos no comprenden, usted no va a seguir sus antiguos esquemas de conducta y eso va a generar en ellos una turbación. El conflicto se genera en "ellos" mismos, no permita que ese conflicto le contagie a usted. El hecho de ver en alguien un comportamiento diferente les saca de sus casillas, les produce inseguridad, miedo, cuestiona y hace tambalear los cimientos de una realidad a la que han acabado sometidos. El conflicto que se produce en ellos mismos no es malo, es una reacción, usted no puede evitarlo, es una fermentación, sus esquemas se llenan de las burbujas de la incertidumbre, eso no les agrada, su realidad se ve cuestionada, la incerteza en su "ilusoria" seguridad les molesta. Ellos no quieren romper su ilusión, se esforzarán para que usted se adapte a las normas establecidas, solo para no sentirse perdidos, porque usted es una amenaza para su Status Quo. No le recomiendo que se enfrente usted a ellos, usted está aprendiendo a tener mayor tolerancia y tomar eso significa romper sus propios condicionamientos conductuales a un nivel superior.

Cuando usted rompe sus esquemas ellos van a enfrentarse a usted, puedo asegurarle que va a vivir situaciones que parecerán trágicas, en el sentido que aquellos con los que va a convivir pueden sentirse desesperados ante una actitud completamente templada, va usted a ser juzgado de todas las formas imaginables. A eso se refería Cristo cuando dijo: "yo no he venido a traer la paz, sino la espada", que no significa que uno esté buscando la confrontación, sino que ella es incitada entre los que viven confusos y no le comprenden.

Romper sus propios esquemas es un trabajo ardúo. Siempre puede adquirirse mayor descondicionamiento, mayor tolerancia, mayor profundidad interior. Usted puede abordar el enfrentamiento que ellos buscan con mas o menos paciencia, con la paciencia que usted ha cavado, que ha trabajado en si mismo, a eso se le llama temple. Un enfrentamiento violento entre usted y ellos les otorgaría justificación sobre la veracidad de su ilusoria realidad, además interpretarían en usted a una persona insana o débil. Si usted no posee la fuerza (madurez interior) para elevarse por encima de los prejuicios y de la realidad ilusoria de los demás sin perder la paciencia, no vencerá sobre ellos, no podrá romper sus esquemas y sobre todo no podrá llevar el tema sin sufrir. Poseer un corazón compasivo es vital para esta meta y "la comprensión" la forma de adquirirlo. Solo cuando uno ha roto notablemente sus esquemas puede tomar el reto de negarse a seguir las normas existentes. Hasta que no lo consigue deberá adaptarse medianamente a ellas, su mismo estado de ser se lo pide. Uno mismo debe observar hasta donde puede llegar. No hay mayor madurez que el haberse despejado, que el haberse descubierto (destapado) a si mismo, a su Ser. La presencia del Ser se expresa mediante una irradiación interior de gozo intrínseco. Ese gozo descondicionado e indestructible le otorga una gran fuerza, una fuerza que no pueden comprender. Ese gozo se desarrolla junto a la lucidez conforme usted se presta atención en el silencio del Si mismo.

Para las personas que han vivido largos períodos de su vida anestesiadas en una vida adaptada el hecho de convivir con una persona con los esquemas rotos les produce una molestia, una efervescencia.  Eso es señal de que la base de su existencia es ilusoria, pues un dolor, un sufrimiento que surge en ellos es la señal. Vendrán a enfrentarse a usted, “por mi seréis aborrecidos, calumniados y perseguidos”, le dirán que su comportamiento no es racional, que usted debe seguir unas normas, unos esquemas dados por ciertos en esta sociedad. Cuando ellos NO poseen una disposición para comprender, para abrir su mente, es un gran esfuerzo intentar convencerlos, muchas veces un desperdicio, ya que ellos se apoyan unos a otros en el deseo de vivir su realidad ilusoria. Los que aman la mentira usarán contra usted la difamación y la puñalada traicionera.

Una persona no va a romper sus esquemas hasta que posee un fuerte deseo por la verdad, para desear la verdad debe primero aborrecer la mentira.

Una persona adaptada a una vida de costumbres, de ciertas comodidades, no posee deseo de romperlas, se halla completamente acomodado a ellas aunque no sea la felicidad su estado de ser. En esta sociedad nos adaptamos a un cierto nivel de sufrimiento existencial, llevamos esa carga de infelicidad, la tomamos por inevitable, "por norma". Nuestra vida se ha confundido tanto, se ha vuelto tan contradictoria que nos anestesiamos, nos rendimos a esa infelicidad; en nuestra confusión creemos que la búsqueda de los placeres es nuestro único recurso, nuestra válvula de escape.

Contradicción, ese es un hecho básico en el que vivimos y que no queremos reconocer. Contradicción, porque aquello que nos beneficia lo rechazamos, rechazamos aquello que nos desagrada o no nos produce placer pero "sin dificultad no hay crecimiento".

La búsqueda del placer por la personalidad egoica es una confusión. La orientación del deseo, de la voluntad debería ser hacia como adquirir lucidez y felicidad intrínseca, libre de condicionamientos externos. La carencia de esa plenitud interior nos lleva “confundidos” a la continua búsqueda de los placeres momentáneos. El Ego (personalidad condicionada exteriormente y por lo tanto confusa) vive en contradicción por la ceguera que el mismo se crea, la ceguera por la negación a percibir cosas beneficiosas para su crecimiento, para su transformación, no quiere transformarse, es un pequeño monstruo que únicamente desea su placer, su moneda "el desprecio", desprecio por la vida, su escudo la contradicción, suele vestirse de buenos modales o usa su lógica para enmascarar sus excesivas necesidades. El Ego no quiere la verdad aunque sea beneficiosa para él, él posee ese amor propio llamado orgullo, ese orgullo no quiere morir. Así su transformación no puede sucederse por razonamiento sino por una convicción surgida de más allá, más allá de si mismo. No puede convencerse al Ego, él es el puro razonamiento. El Ego solo puede transformarse por una intención surgida desde lo mas profundo de nuestro interior y esa intención se inicia de unas formas muy limitadas, por un deseo sincero de verdad, por un duro golpe de la vida, o por una crisis de identidad o existencial.

Para romper nuestros esquemas es esencial el deseo por conseguirlo, no puede intentar convencerse a alguien que no lo desea. La transformación de una minoría iniciará una ignición a escala social.
Las palabras apenas cambian a nadie, lo hacen los actos, unos actos surgidos de una forma de Ser, una forma de Ser que puede ser desagradable, una forma de Ser por la que "seréis juzgados y repudiados" por romper sus esquemas y su mentira en muchos casos "consciente".

Romper nuestros esquemas es una grata y plena aventura cuando se hace con pasión, como un reto de vida. Es bueno empezar cambiando la frecuencia y los horarios en los que hacemos las cosas, tomando de nuestras necesidades lo justo. Hay una compensación en ello, al romperlos se genera una cualidad interior de libertad acompañada de un cierto estado de gozo. En tanto que este gozo "crece" pueden dejarse los apegos, uno crece cuando el otro mengua. Es el trabajo que le corresponde a uno mismo, usted "se ganará su pan con el sudor de su frente", el pan supersustancial. Una austeridad se sucede. Algo nuevo se está desarrollando, aunque ese algo siempre ha estado allí, forma parte de si mismo, es su Ser, "usted mismo" un poco más libre de los velos que oscurecen, de las costras que le tapan, de los lastres que le pesan, de todo aquello que le ha condicionado desde su nacimiento y que libre de ello le permitirá gozar de nuevo como un bebé. Usted solo está trabajando para apartar, despejar las nubes que oscurecen la radiación de la luz que hay detrás, la luz que es usted mismo.

Una singularidad se sucede. Cuanto mas consciente es usted en la presencia de si mismo, tanto más se experimenta una irradiación de gozo interior. Entonces, los antiguos apegos y condicionamientos se desintegran a mayor velocidad.

Solo enfrentándose con buena disposición a situaciones incómodas y desagradables uno puede tomar un buen temple, una buena paciencia. Un buen temple es esencial cuando así rompe (involuntariamente) los esquemas de los demás. Cuando ellos vengan a enfrentarse a usted deberá poseer la paciencia y sobre todo del corazón para que no zozobren, para guiarlos a buen puerto, para hacerles comprender la causa de sus males, a menos que vengan con malas intenciones o falsedad, ellos no quieren ni pueden cambiar, algunos viven tanto su falsedad que le odiarán a muerte y buscarán todas las formas de dañarle. Como una perfectamente tensada cuerda de violín usted deberá poseer esa tensión (temple) para pescar y guiar a las personas de buena intención. Una cuerda demasiado floja los relaja a usted y a ellos, y una cuerda demasiado tensa romperá con ellos su relación. Toque, maneje su cuerda con su corazón, esa nota le mantendrá a usted mismo en armonía. Ellos acabarán escuchando esa nota.


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